Aconsejar

ACONSEJAR

Dice la RAE que es decir a alguien que algo es bueno o beneficioso para él.

Dos patas. El que da consejo por un lado debe conocer lo que es bueno, y por otro, que puede serlo para aquel al que aconseja.

No es asunto menor, sino mayor, que diría locuaz y surrealista Rajoy.

¿Y quién dice que es bueno?

LO QUE ES BUENO

Decir que algo es bueno puede ser un argumento naif (como el que presupone que todos somos unos angelitos), y al tiempo baladí si no tiene más detrás que la opinión sin sustento.

También es posible que lleve parejas torticeras intenciones, a la busca de un beneficio personal inmediato y ventajista.

Por no enredarnos, conocer lo que se aconseja es un punto tan esencial como aparentemente evidente. El conocimiento es más que una palabra, mucho más, y el consejo, una gran responsabilidad.

A fondo, sin medida. SABER es espléndido e interminable.

SABER

Cuando el conocimiento es profundo, lo llamamos saber.

Esto no da pie a interpretaciones, porque hasta que llegas al fondo de algo no puedes (debes) afirmar que lo sabes.

Conocer es un proceso tan simple o complejo, corto o largo, sencillo o complicado como sea lo que buscas saber. Ahora que tenemos las armas del conocimiento en la mano, y nunca mejor dicho, parecería que todos podemos ser ilimitadamente sabios.

Nada más lejos. Personalmente, cuanto más sé más me doy cuenta que me falta por saber. Carrera sin meta final.

Responsabilidad al aconsejar y conocer-te.

LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Como consejo y conocer-te van de la mano, a la tarea imparable de acumular información sobre aquello que se recomienda se une la tremendamente humana de entender qué será valioso para el aconsejado.

Personas con la sensibilidad para comprender al otro. Tacto, escucha, intuición. Y por encima de todo, responsabilidad sobre lo que se aconseja, cómo y a quién. Consejo y personas van tan de la mano, como experiencia y compartir.

El especialista sabe lo que otros no.

ESPECIALISTA

Vilipendiable término que cada día nos llega con más frivolidad.

Cuando hablamos del consejo, el que lo da tiene la obligación de saber. El que aconseja no puede ser un parlanchín con méritos de procedencia dudosa. El consejo tanto vale como de especial es el conocimiento que tiene quien lo otorga.

Ser especialista es más que repetir lo que se escucha, hablar de lo que se lee o asumir como propios los descubrimientos de terceros.

Especialista es el que llega hasta lo más profundo de una materia y sobresale entre los demás por su conocimiento. El consejo de un verdadero especialista es un lujo.

Dudas y consejos.

CONSEJOS

En nuestro trabajo hacemos un análisis tan intenso como es posible y seleccionamos solo lo que sobresale.

Una clienta me pidió consejo sobre un producto del que tenemos tres marcas en la tienda. Le expliqué cada variedad, de ellas con mi experiencia personal le recomendé una, y ella eligió otra.

Bien hecho. Buen consejo. A veces me costaba entenderlo, pero cada vez lo tengo más claro. Además de saber, al aconsejar hay que ser imparcial. La demostración es la elección de la clienta. Es fantástico saber que los criterios de selección son tan variados como personas se enfrentan a ellos. Sobre la verdad de los valores técnicos están otros que pueden pesar tanto más, y cuanto más sabes, mejor eliges.

Saber es el triunfo de la libertad de elección. ¡¡¡ Viva !!!

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