El bravío en el viñedo.

La destreza (buen hacer, savoir faire, good practices o como queramos decirlo) del viticultor implica una serie de tareas que se ven y otras que no.

La famosa poda en verde y el aclareo de racimos están entre las que destacan y lucen más sobre el viñedo y el resultado.

En la parte menos lucida, pero igualmente trabajosa y necesaria para mejorar la calidad de las uvas y la vegetación de la vid, se encuentra la limpieza de hierbas competidoras y eliminación de las zarzas y bravíos.

Zarzas y hierbas en el viñedo
Zarzas y hierbas sofocando al viñedo

El asunto de las hierbas y zarzas es común y a simple vista sencilla de realizar. Unas y otras son fácilmente identificables, aunque algunas, eso sí, más difíciles de controlar y eliminar.

Aparte esto, hay consideraciones de sostenibilidad y ecológicas de enorme importancia y cada vez con más peso y discusión en cuanto a la idoneidad de su realización o no. Esto queda para otro post.

La otra pata son los BRAVÍOS.

Hojas de bravío y de injerto
Bravío – injerto

El bravío del viñedo es…

Una parte de la cepa (que nace de la propia planta), incluso puede ser una vid nueva (brotación independiente desde la tierra).

Se trata de un crecimiento impropio que se desarrolla normalmente del o desde el patrón, portainjertos o pie en el que se injerta la variedad o injerto de la vid.

Nace por debajo del injerto del varietal, y desafortunadamente no suele tener ningún desarrollo productivo, pese a que le brotan rápidamente racimos que aparentemente serán uvas de provecho.

El bravío crece tan fuerte como la propia planta, normalmente se desarrolla de forma muy rápida y absorbe nutrientes que minoran el flujo de nutrientes que la vid “auténtica” necesita.

Sin embargo, los racimos que surgen del bravío son débiles y terminan no prosperando.

Como dirían por mi pueblo, “el burro del herrero ha malparido, y el herrero dice: trabajo perdido”.

Hojas de bravío y de variedad Tempranillo.

Morfología

Normalmente los bravíos tienen las hojas más redondeadas, de un verde más oscuro y nervios menos marcados que los de la parte productiva de la cepa. Podríamos decir que son más débiles que la parte del injerto.

El bravío crece rápido.

Es frecuente que nazcan racimos de uva muy menuda que no llega a buen término, y cuando termina por fructificar es de mala calidad y nunca del injerto deseado, claro.

Diferenciar bravíos y varietal no siempre es sencillo. La atención, práctica y habilidad son claves para detectar los que crecen, sobre todo, junto al desarrollo del injerto.

Desbrote de bravíos
Quitando brotes bravíos a mano.

La tareíta

El bravío que nace de la cepa debe eliminarse de forma manual, uno a uno, y el del suelo conviene arrancarlo de forma mecánica.

El término adecuado para esta tarea es ESCOCOTADO, según el Diccionario Vitivinícola de la D.O.Toro: partir y arrancar las raíces de los árboles y zarzas con la cueta de la herramienta.

Azadas y brotes bravíos
Bravíos que nacen de la base de la cepa y azadas.

Y, aunque posiblemente nos hacemos idea gráfica, CUETA (DGLA) es la parte redondeada de una herramienta, o mocheta.

Algunas DO, como la de Cigales, explicitan dentro del Pliego de sus Condiciones como buena tarea la eliminación de los bravíos.

El viticultor, tijeras de poda, azada o azadilla en mano, encara esta tarea tan esencial y repetitiva e ingrata como desesperante con un “cómo demonios saldrán estos bravíos” o “me tienen hasta el gorro los bravíos” cuando no mascullando algún que otro despropósito… y no nos extraña.

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