Gracias, Olga.
Siempre me he sentido satisfecho de nuestro idioma.
Tanto más cuanto más he ido sabiendo de otros. Sin desmerecer el inglés, el francés o el árabe, es una verdad irrefutable que la riqueza del español es exuberante.
Al lío.
REUSAR y RECHAZAR
Dentro de las famosas erres que sustentan las acciones encaminadas al desarrollo activo de la Economía Circular, encontramos dos que tienen mucha miga.
Reusar. Dice la RAE, “volver a utilizar algo, bien con la función que desempeñaba anteriormente o con otros fines”.
Esto que es tan cabal, forma el núcleo duro de la banda de las erres. ¿Cuántas vidas tiene un vaso de vidrio? ¿Un cuchillo de acero? ¿Una caja de madera? ¿Hasta dónde llega nuestra imaginación para resucitar cualquier cosa en un nuevo presente?
Rechazar. De este verbo me quedo con la primera acepción, “forzar a algo o a alguien a que retroceda”.
Un poco de esto, sí. Me recuerda una visita que hicimos al Parque de Cabárceno hace años.
En aquel entonces reinaba con fuerza la campaña para concienciar sobre el poder que todos tenemos para hacer ver a otros que han hecho algo mal y rectifiquen. Dos dedos apuntando a nuestros ojos y un giro de ciento ochenta grados para señalar al infractor. En aquel entonces un instructor de leones marinos le hizo el famoso gesto a una señora que dejó caer un vaso desechable al suelo, en medio de su actuación. Todos vimos lo que había sucedido. La mujer perdió el color, recogió el vaso y supongo que jamás volvió a dejar caer nada en su vida.
El rechazo es parar los pies al que pretende embelesarnos con etiquetados incorrectos, envases inaceptables, productos importados innecesariamente. Rechazar tiene un punto de valentía que despierta mi espíritu rebelde. Me encanta.
.
REUTILIZAR y REHUSAR
Reutilizar, exactamente lo mismo que reusar. Hasta para la RAE.
Para mí que tengo muchos flecos industriales, la utilización implica en cierto modo servilismo, y por eso prefiero en general reusar. El uso es en sí mismo un concepto llano, sin connotación negativa, SUBJETIVAMENTE HABLANDO, quede claro.
Donde tenemos que anotar la diferencia es entre la reutilización y el reciclaje. Desafortunadamente el reciclar está varios pasos más atrás en la escala de la economía circular. Si algo pausa su camino hacia un nuevo ciclo, renace en una nueva posibilidad inmediata, sin requerir de su destrucción para este renacimiento. Reutiliza sin medida. Recicla con mesura.
Rehusar es una palabra bellísima, “no querer o no aceptar algo”. Y punto.
Entre el rechazo y el rehúso hay un paralelismo grandioso. Por buscarle el matiz subjetivo, en mis conexiones neuronales rechazar tiene un punto activo, y rehusar es una especie de respuesta más leve, un contraataque.
Sin condición belicista, en realidad ejercer el poder de decidir, también en contra, es sinónimo de LIBERTAD, con letras grandes, enormes. Actos cotidianos para expresar nuestro desacuerdo, eso que hace progresar hacia un horizonte ansiado, inalcanzable pero hermoso.
.
LAS 7 ERRES Y LA HUELLA CERO
Todo este rollo viene por la hache, con hache, sí. Esa hache intercalada que pervierte el significado de reusar para hacerlo rehusar. Magnífica transformación de nueva vida en libertad.
Y viene por el aparentemente prosaico, pero necesario y educativo juego que hemos hecho desde deproximidad para que las nuevas generaciones conozcan las posibilidades de supervivencia para nuestro planeta.
Surge de la actitud inconformista de los que han validado con ojo crítico su funcionalidad. Como con todo, la pasión, que está un punto por encima de cualquier actitud es la que tiene la perfección en su mira. Esa pasión es la que logra que la educación salte del nivel formal al de construcción de la personalidad.
Erres y haches. Saber para decidir, aceptar y rechazar. Un idioma como la copa de un exuberante pino.
Gracias, Lucía.