La simplicidad.

LA SIMPLICIDAD

El sentimiento que fluye en mi cabeza al mencionar simplicidad es admiración.

En pleno siglo XXI, con toda la evolución, desarrollo, progreso, y nivel de conocimientos que el ser humano ha adquirido, la simplicidad es excelente en sí misma.

Sí, inmejorable.

Comprender el mundo.

ENTENDER EL MUNDO

A mis hijos les digo a menudo que el aprendizaje es vital para entender el mundo.

Saber cómo funciona la climatología, cómo es el ser humano, la sociedad, la naturaleza misma.

En el fondo estudiamos porque, como a los niños, nos hace falta un esquema sencillo que ponga cada cosa y a cada cual en su sitio. Los porqués de los pequeños no cesan hasta que encaja todo en su simple ordenación. Necesitamos la tranquilidad mental que nos permite un orden propio.

El caos de cada cual.

CAOS

Cada uno tiene su interpretación sobre lo que le circunda. No hay que engañarse.

Para algunos es crítico comprender lo que pasa por la cabeza de otros, y para esos otros bien puede ser desentrañar el funcionamiento físico, químico o mecánico de las cosas o de las estructuras orgánicas de los seres vivos.

Poner un orden en el caos de información es tan instigador que muchos dejan toda su vida de lado para encontrar la secuencia de cualquier asunto en el que una pieza no encaja en el puzzle.

Con una palanca…

IMPULSO

El deseo de encontrar esta “paz mental”, por otro lado, no deja de ser nuestro gran éxito como especie.

La evolución en materias como la medicina es fruto de la semilla de la curiosidad y de la búsqueda inagotable de la respuesta a preguntas no resueltas. Es la necesidad de saber.

Saber es la ventaja sobre el resto de seres vivos con los que compartimos la existencia. Es nuestra adaptación al medio.

La idea más simple resuelve lo más complejo.

SIMPLICIDAD

Yo sigo obnubilado por la sencillez. Es magnífica.

Cuando un experto en marketing vomita iniciativas de comunicación, sabe bien que solo la simplicidad trae éxito. Una palabra mejor que un lema, y éste mejor que una frase.

En sí la propia naturaleza triunfa por la eficiencia de la simplicidad. Solo pervive aquello que rezuma eficiencia. Más con menos.

La rueda. La fotosíntesis. Las vacunas. Los nutrientes.

Ante varias posibles respuestas, la simplicidad manda, y para aquellos que dan con ella, su propio nirvana.

Me quedo como un niño ante un mago que hace aparecer monedas, boquiabierto, incapaz de pestañear, cuando termino de comprender la simpleza en el funcionamiento de avances geniales. La idea que resuelve el laberinto es tan esencial que uno siempre piensa, pero ¿cómo no nos hemos dado cuenta antes?

¿Quieres ejemplos? La inducción magnética. Los rodamientos. Las terapias genéticas. La fotovoltaica. Todo, o casi, tiene su clave en la simplicidad.

Dejar hacer a la naturaleza. Comprender. Menos es más.

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