El precio, el valor y el coste.

Después de meses de hartazgo soportando mentiras y pagando lo que nunca se debería, ya no puedo más.

De la política no voy a decir más, que ya sabemos todos que, contadas excepciones, es un saco de podredumbre y ventajismo.

Por lo que nos toca, y especialmente al bolsillo, a todo el rebaño, ahí va la reflexión.

El precio
El precio

EL PRECIO

Esto es lo que se paga por algo.

Parece una tontería, pero no. El precio que se paga en España por una mascarilla higiénica en marzo de 2020, el que se pagaba un par de meses antes, y el que se paga medio año después no tiene nada que ver.

Tanto es, que pasa de 0.12 a 3 (multiplicado por 25 veces), y luego hasta 0.3 en esa corta franja temporal. Es decir, en otoño de 2020 se paga 3 veces más que en otoño de 2019 por el mismo producto.

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El valor
El valor

EL VALOR

Esto es lo que vale algo.

También parece una estupidez. El valor es (debe ser) intrínseco al producto.

Depende de muchos factores. La eficiencia en la producción y distribución, la calidad del producto, los controles de aseguramiento, y todo un variopinto despliegue de condicionantes y añadidos.

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El coste
El coste

EL COSTE

Esto es lo que cuesta algo.

La tercera gilipollez (perdón). El coste es lo que se aporta para darle valor al producto.

Materias primas, mano de obra, producción y transporte, básicamente.

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Subida injustificada de precios

LA VENTA

En un idílico sistema, la venta se hace por regulación automática de oferta y demanda.

El coste suma apreciaciones de valor reales y otras volátiles y subjetivas. El valor también sufre con la escasez, la necesidad, y las ineficiencias.

En la venta, el intercambio de productos por dinero transforma el valor por el precio.

Aquí el núcleo de mi cabreo. El precio puede ser justo, con un añadido razonable al coste en función del valor real, y una estafa, como lo que ha pasado en España en 2020.

Valor y precio, Antonio Machado

Y de nuevo mi monumental enfado. ¿Cómo puede ser que un producto que CUESTA menos de 10 céntimos y el mercado en competencia leal intercambia por un PRECIO de menos de 15 céntimos (ya está bien, un 50% de margen de beneficio, digo yo), pase de la noche a la mañana a 3 euros (2500% de margen, que da hasta mareos de pensarlo) y termine en pocos meses en 30 céntimos (un 300%, qué barbaridad), y además todos los borregos lo estemos pagando con docilidad? ¿Pero cómo es que no se derrumba hasta los cimientos este sistema?

El valor
No siempre es lo mismo lo que se paga que lo que vale

El VALOR, eso es. La falta de competencia. La necesidad. El conformismo. La abulia. La desinformación. La permisividad. Los ESTAFADORES más singulares que roban a la cara a todo el mundo.

Y mientras, nos pegamos por hacer que los políticos se planteen si el impuesto sobre el VALOR añadido debe ser un 17% menos. Sugiero releer los márgenes que se han llevado los que han metido la mano entre la producción y la venta. Del coste al precio, pasando por el valor.

El robo
Exprimir el mercado

En serio, ¿alguno compraría un queso (o un vino, o una miel, por ejemplo) que tiene un precio de 15€ por casi 400€ de la noche a la mañana (25 veces más)? Pues lo hemos hecho TODOS.

¿Y si además fuera necesario el queso (o el vino, o la miel, igual ejemplo) sin alternativa alguna para conservar la salud? ¿No se nos levantarían las carnes viendo cómo en pocos meses se pone en el mercado en 30€? Así es, así sucede, y tan contentos con el cambio. Pagando y sin discutir.

¿Pero nadie se da cuenta de que 30 sigue siendo multiplicar por dos el precio en pocos meses? ¿Y que esto supone 3 veces más que el coste?

Insoportable. No hay excusa. El precio tiene que ser JUSTO, y si no lo es, se trata de un robo.

Y a ti, ¿qué te parece?

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